En mi interior anidan los buitres,
clasifican la carroña que sale de las tripas,
dejan las pieles muertas para causar infecciones
y se llevan los resquicios de vida útil,
cada mañana.

Me alejan del camino,
me invalidan,
me corrompen,
me asfixian,
cada mañana.

Ellos tienen nombres y apellidos:
el recuerdo,
la impaciencia,
la entrega,
el ego,
la ira
y Elisa Jiménez.

¿Algún día seré capaz de liberar las cuerdas enclaustradas en mis ojos?
¿romper la piel desde dentro hacia afuera?
y... ¿afrontar mi realidad con su crudeza perpetua?

Tengo miedo al tiempo porque no pasa.


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