Victoria Francés


"Erase una vez, más allá de los bosques, un lúgubre castillo que se alzaba imponente ante mis ojos...Aseguran los cuentos de hadas que, en su interior, la luz del sol no existe y que la tiniebla más densa acaricia los rostros deformes de los que nacen en soledad.
No hay duende que ose acercarse a contemplar la fortaleza, ni tan siquiera las más hermosas ninfas, que escapan aterrorizadas ante la imagen oscura de su silueta.
Sin embargo, yo nunca tuve miedo. Y cuando atravieso los bosques para observar sus altas almenas, algo embruja mis sentidos y quedo embriagada por los dulces perfumes que emanan de él, noche tras noche, canela, sándalo, miel...
Sin prestar atención a la armonía del país de las hadas, salí una noche en busca del enigma que todos temen. Y allí, entre los muros de la siniestra fortaleza, conocí el oscuro misterio... un castillo abandonado.
Aquella noche, corrí feliz a través de sus largos pasillos y besé cada una de sus antiguas armaduras. Encendí los candelabros que durante años permanecieron sin luz, y me enamore para siempre de la inocente soledad que allí se respiraba... de la expresión horrible de una gárgola, que no era más que el verdadero rostro del castillo. Una bestia que gritaba al exterior, tallada en la fría piedra, inmóvil y solitaria.
A la mañana siguiente, desperté convertida en aquella misma escultura monstruosa, unida a su piedra para siempre. Y muero de placer cada noche de tormenta, cuando siento fluir la lluvia sobre mi cuerpo pétreo.
Me enamoré de un castillo que todos evitaban por temor. De sus almenas rotas y ventanales puntiagudos, de sus gárgolas y portones monstruosos. Es tan hermoso sentir cómo sus muros me acarician los pechos y su frío penetra en mi cuerpo...
En un inmortal abrazo quedamos para siempre unidos en el estatismo de la piedra, y ahora él y yo somos un solo ser que irradia pasión tras el manto pétreo de una gárgola. Y sé que juntos formaremos una pareja de monstruos y que los demás, repudiaran nuestra unión. Pero ese desprecio no consigue más que duplicar el amor que sentimos el uno por el otro. Nuestras lagrimas son calientes como la sangre, no existen ángeles tan bellos como nosotros...

En el corazón de esta leyenda, los ángeles se enamoran de los demonios y los caballeros de los cuentos de hadas enloquecen por las princesas deformes.
Lejos de todo sufrimiento, la hojarasca danza al son del viento y trae consigo nuevos perfumes...
Oh, cuánta belleza palpita en lo desconocido..."

Victoria Francés.
Favole 2: Libérame.






Murria

Una bonita tarde de Mayo, con el sol imperante en el cielo, me encontraba montado en un autobús con destino a ninguna parte.
Tras 10 minutos corriendo por no perderlo, mi cuerpo se derrama exhausto en el asiento. El transporte se pone en marcha bajo mis pies y me paro a mirar a mis compañeros de travesía, ellos absortos en su mundo de mp3 y móviles solo miran por la ventana en búsqueda de su yo interno.
El conductor detiene la maquina en la siguiente parada. Una chica de pelo cobrizo y labios sonrojados esta sentada con rostro preocupado, sus manos cubren sus sienes fundiéndose en su piel blanquecina. Mi corazón comienza a latir a ritmo celérico y detiene sus ojos en mí. Su mirada sorprendida se junta con la mía y sus brazos se ciñen a su pecho, como si se abrazara a sí misma. Involuntariamente pego mi mano al cristal y le sonrío. La comisura de sus labios se arquea prendiendo una curiosa media luna.
Me acerco al cristal, el motor se empieza a poner en marcha mientras mil preguntas acechan por mi desconcertada mente.
Ella levanta su mano sin dejar de mirarme y el autobús continua su camino. Nos seguimos con la mirada aquel escaso segundo en el que la perdí, quizás perpetuamente.

En la vida suceden momentos mágicos, momentos inolvidables que te hacen reflexionar sobre quién eres. Quizás encontré aquello que tanto buscaba y lo perdí para siempre.



Prometedor de sueños


Desciendo del cielo en el que me tienes sumida. Solo veo sueños derretidos tras el cristal, mi vitrina es pequeña y quiero escapar.
Quiero mirar más allá pero mi mundo se ha revuelto y nose por donde empezar a ordenarlo, me has dejado sin aliento y sin habla, sin más objetivos que tú.
Luchar es el credo que adopte desde que apareciste, no dejarte escapar fue el primer mandamiento y el segundo, y el tercero...
El tiempo corre insondable cada vez más aprisa, creemos alcanzarnos una y otra vez pero el final no llega. Arriba y abajo, cuesta arriba y sin frenos así nos pasamos los días, superando obstáculos que nos destruyen.
La dificultad es tangible cada vez que deseo verte, sentir tu mano agarrando mi espalda y destrozándola en jirones sin tener compasión de mí, llena mi existencia. Quiero tu mirada posada en mis labios, volver lija los tuyos, romper tus esquemas prefijados y hacerte perder el juicio. Si el vacío llega, que me lleve contigo.
Tengo tanto que vivir contigo que no creo que los años sean suficientes. Tú guías mi estado de tinieblas, tú guías mi masoquismo, tú duermes en mi piel cada noche.

Soy tan distinta que no me reconocen, ni yo misma me reconozco. Mi fortaleza se ha fundido.















Para el inalcanzable, el prometedor de sueños, el loco... mi loco.