Los bailarines de la corte esperpéntica



Bailemos.
Baila, baila conmigo, rózame con suavidad la palma de las manos, envuélveme en tus carreras y giros, haz que vibre el universo contigo.
Embriágame de la solemne promesa llamada eternidad, exprésame con tu cuerpo el reclamo de la lluvia, las nubes y los días grises. Dime que lo olvide todo, que escape a ese tardío refugio donde solo puedo ser yo.
Paseas de puntillas hacía mí, paciente, con la elegancia digna de los sauces llorones acariciados por el viento.
Tornaste a la oscuridad más enfermiza, la coloque en un altar que nunca deje de alabar, lo señale como una vía accidental. Después, te la regale en forma de versos impregnados de ti, de tu copiosa vida.
Te dibuje un mapa para que me mostraras las soledades que te achicharran y ese sentido existencial que te domina, por querer ser participe de tu desdicha.


https://www.youtube.com/watch?v=BrCxYOc1tfE&list=UUGUFQkggEDbkF950hLc5K8Q&index=3

Cómo cruzar un río, Paula Bonet.


"Para cruzar un río sin que nadie salga malherido ni se produzca una catástrofe no valen las prisas ni las líneas rectas.

Uno se tiene que adentrar en él poco a poco, siguiendo su cauce hasta llegar aproximadamente al centro. Desde esa posición, hay que girar el volante en sentido opuesto al de las aguas y, lentamente, avanzar hasta la otra orilla dibujando una uve.

S. me atravesó sin desviar su rumbo, rápidamente, partiéndome en dos, seccionándome con un corte limpio. El recuerdo de los meses que pasamos juntos se borró con la misma velocidad, pero no su nombre ni el rastro que dejó en el suelo: una herida horizontal a unos quince centímetros de mi barbilla.

Ya han pasado unos años desde aquella catástrofe y poco a poco me he acostumbrado al aroma dulce, al silencio cómodo y a las uves lentas que F. empezó a dibujarme en el pecho. Las escribía pacientemente con sus dedos, encima de la línea roja que encontraba cada vez que me quitaba la camiseta.

Ignoro si F. quería atravesarme como se cruza un río y desaparecer de mi vida después del chapuzón revitalizante una vez se hubiera secado al sol. No sería raro, no habría nada que yo hubiera podido reprocharle, no tendría nada para echarle en cara si él lo hubiera hecho, porque la noche que decidimos vernos por primera vez poco sabíamos el uno del otro.

"


Qué hacer cuando en la pantalla aparece The End, Paula Bonet.

Edén


Hermoso manantial de colores
Hojas de agua, púas de lluvia
Peces de olores, aire de espuma
Humedad consumida en las raíces del mundo,
Sentidos vivos sin descanso perdido
Cantos de pájaros cargados de musas
Rocas verdes,
escaleras serpenteantes.

Iracundo viento que meces mis andares,
te siento, te pertenezco.
Empújame por las laderas de tu volcán
Hazme ser río, lago, arroyo
Gaviota que surca tu bóveda celeste.

El amanecer del horizonte del mar.

Jardín Canario - Ricardo Sanchéz

Observando ballenas en Húsavík por Paula Bonet


"Abro el grifo y, mientras empieza a salir el agua que se llevará toda esta sal, me quito las cangrejeras blancas y entro en la ducha. Miro hacia abajo y encuentro, justo al lado de mis pies, un garabato de líneas negras que el agua ha dibujado usando unos pelos que no son los míos y que supuestamente no deberían estar en esta ducha.

No puedo apartar la vista de la maraña de hilos. Observo con atención cómo el agua duda y rectifica las líneas del dibujo, y sé que lo que estoy viendo me parecería una metáfora preciosa siempre y cuando esos cabellos no fueran de la extraña que, ahora mismo, en mi cabeza, se ha convertido en la mujer morena más inteligente y más guapa de toda la tierra.

Miro hacia arriba y veo cómo sale el agua y me golpea suavemente la cara. Vuelvo a mirar hacia abajo y, ahora, unas líneas rojas salpican la maraña negra. La mujer morena y yo acabamos de hacer uno de esos pactos de sangre que hacen los adolescentes, solo que nosotras nos conformamos con derramar ADN fundido con queratina.

Ninguna de las dos lo sabe aún, pero tanto ella como yo estamos a punto de desaparecer de la vida de P. con la misma velocidad con la que el desagüe acaba de tragarse el dibujo que hemos hecho juntas."


Que hacer cuando en la pantalla aparece The End, Paula Bonet.