Cómo cruzar un río, Paula Bonet.


"Para cruzar un río sin que nadie salga malherido ni se produzca una catástrofe no valen las prisas ni las líneas rectas.

Uno se tiene que adentrar en él poco a poco, siguiendo su cauce hasta llegar aproximadamente al centro. Desde esa posición, hay que girar el volante en sentido opuesto al de las aguas y, lentamente, avanzar hasta la otra orilla dibujando una uve.

S. me atravesó sin desviar su rumbo, rápidamente, partiéndome en dos, seccionándome con un corte limpio. El recuerdo de los meses que pasamos juntos se borró con la misma velocidad, pero no su nombre ni el rastro que dejó en el suelo: una herida horizontal a unos quince centímetros de mi barbilla.

Ya han pasado unos años desde aquella catástrofe y poco a poco me he acostumbrado al aroma dulce, al silencio cómodo y a las uves lentas que F. empezó a dibujarme en el pecho. Las escribía pacientemente con sus dedos, encima de la línea roja que encontraba cada vez que me quitaba la camiseta.

Ignoro si F. quería atravesarme como se cruza un río y desaparecer de mi vida después del chapuzón revitalizante una vez se hubiera secado al sol. No sería raro, no habría nada que yo hubiera podido reprocharle, no tendría nada para echarle en cara si él lo hubiera hecho, porque la noche que decidimos vernos por primera vez poco sabíamos el uno del otro.

"


Qué hacer cuando en la pantalla aparece The End, Paula Bonet.

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