Piano

Tus teclas rozan el desafinado silencio de las noches perdidas
El tiempo las desgasto,
también las manos que te tocaron un día,
y la atmósfera ruinosa en la que te sumías.

Piano de cola, hermosura olvidada
tus negros y tus blancos, vestigios de esplendor
cautivas mi mirada cual pájaro cantarín
que bate sus alas a la vez que su melodía espanta
derrochando elegancia en su jaula acristalada

Sillín deshilachado, compañero de viaje
asiento del pianista
observador del exterior
conocedor del virtuosismo
conocedor de la torpeza
de majestuosas franjas rosadas y amarillentas

Ocupador de espacios vacíos en la estancia
cubierto entre sábanas te hallas
esperando que desempolven lo poco que queda de ti
esperando que te mimen,
que te interpreten.


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